Entre noviembre 1838 y febrero de 1839, George Sand se fue a vivir a Mallorca acompañada de Frederic Chopin y de sus dos hijos. “Huye del mundanal ruido” como escribió Fray Luis de León, en la búsqueda del bucolismo de una isla española y de una naturaleza que mejorara la enfermiza existencia de Chopin. George Sand es una aristócrata francesa con una fuerte personalidad que estaba acostumbrada a tratar con grandes personalidades artísticas, políticas y de la corte francesa. En esos años, Mallorca era una isla sin interés para los extranjeros que se regía por sus normas propias, por lo que surge un enfrentamiento entre los mundos opuestos de la vida rural y la escritora.